Las terapias mente-cuerpo se basan en el principio de que los pensamientos están estrechamente relacionados con la salud del cuerpo. Sus posturas, creencias y actitudes pueden afectar la salud física; esta última también puede influir en el bienestar mental y emocional. Al estar consciente de esta conexión y aprendiendo nuevas maneras de relajarse, tú puedes mejorar tu estado general de salud. Si deseas mayor información, sigue leyendo.
Las terapias mente – cuerpo son terapias donde no sólo se tiene en cuenta el factor físico como único elemento que influye sobre nuestro bienestar. Este tipo de terapias defienden un enfoque integral, donde la mente y el cuerpo forman una unidad psicofísica e interactúan constantemente una con la otra, influyéndose mutuamente.
Por un lado, el movimiento, la postura y, en general, el estado físico, puede influir sobre el pensamiento y las emociones. Y por otro, determinadas técnicas mentales nos pueden ayudar a mejorar nuestro estado corporal, para finalmente lograr un mayor bienestar integral de la persona.
Para poner en práctica las terapias mente-cuerpo no importa la edad que tengas, ni es necesaria una condición física determinada para hacerlo; al contrario, todo son ventajas y estas técnicas tienen numerosos aspectos positivos y proporcionan beneficios que se aprecian no sólo en el plano mental, sino a otros niveles como el físico, emocional e incluso espiritual.
A medida que las personas con cáncer utilizan estas técnicas, reducen tanto su vulnerabilidad psicológica al estrés como sus consecuencias fisiológicas. Cualquiera de las técnicas: terapia cognitiva, relajación, meditación, tai chi, etc., proporcionan beneficios psicológicos y fisiológicos específicos como: mejorar el insomnio, el estado de ánimo, la depresión y el dolor; disminuyen las hormonas del estrés, mejoran el sistema inmune y la calidad de vida en general.
Practicando cualquiera de estas terapias, disminuye la tensión arterial, la cual conlleva la reducción del riesgo de padecer úlceras, cefaleas, insomnio o problemas musculares y, a su vez, implica un aumento de la eficacia de nuestro sistema inmunológico.
A nivel emocional, la meditación por ejemplo, cambia el patrón de las ondas cerebrales llevándolas al estado alfa, que es aquel que está asociado a los momentos de relajación, por lo que conseguimos reducir el nivel de estrés y la ansiedad.
Lo primero que debes hacer es identificar los motivos que te llevan a acumular las tensiones que desequilibran tu cuerpo y tu mente. No todas las personas acumulan las tensiones en la misma zona. Una vez que las tienes identificadas, debes aprender a contrarrestar su efecto negativo sobre tu cuerpo y tu mente, para que no deriven en dolor crónico.
Aquí es donde entra en juego la terapia corporal, estas técnicas te ayudan a controlar diferentes aspectos, como son la respiración y la concentración, además de enseñarte a meditar para que seas capaz de poner tu mente en paz y dejarla a salvo de perturbaciones que puedan desestabilizarla.
Cuando ponemos en práctica cualquier terapia emocional nos sentimos más estables; aumenta nuestra sensación de felicidad y desarrollamos nuestra capacidad de relativizar los problemas y adaptarnos a los cambios, porque se agudiza nuestro razonamiento y se minimizan la ira y la frustración.
Esta sensación de bienestar trasladada a nuestra vida diaria tiene una repercusión directa en otros ámbitos como por ejemplo, a la hora de incrementar el grado de concentración y la eficiencia en el trabajo.
Las terapias como la meditación y el yoga ayudan a mejorar la situación de los pacientes que padecen deterioro cognitivo y dificultades emocionales.
La meditación trascendental puede ser un apoyo para reducir el riesgo de ictus o infarto de miocardio, en los pacientes con enfermedad coronaria.
Las terapias mente-cuerpo basadas en evidencia incluyen la respuesta de la relajación, meditación, imaginación guiada, relajación progresiva, entrenamiento, escritura terapéutica de autorrevelación, intervenciones psicosociales, entre otras. Sus aplicaciones médicas están dirigidas principalmente al tratamiento coadyuvante en enfermedades crónicas no transmisibles, en las cuales el estrés influye sobre su evolución. Estas terapias se dividen de la siguiente manera:
Las técnicas de relajación, en su definición amplia, incluyen aquellas prácticas que primariamente establecen como meta la obtención de un estado de relajación. Éstas han demostrado beneficio en la mejora del sueño y la calidad del mismo; aunque es cierto que estas técnicas tardan más en hacer efecto que los tratamientos convencionales.
La meditación ha sido definida como la auto-regulación intencional de la atención, un enfoque mental sistemático en aspectos particulares de la experiencia interna o externa. Como una intervención en el cuidado de la salud, la meditación puede ser enseñada y usada efectivamente sin importar el antecedente cultural o religioso del paciente.
Las dos formas más extensamente investigadas son la meditación trascendental, en la cual los practicantes repiten una palabra o frase en silencio (un mantra), con el objetivo de aquietar (y finalmente trascender) la corriente ordinaria de diálogo mental interno; y la meditación de atención plena (mindfulness), en la cual los practicantes simplemente observan o atienden (sin juzgar), pensamientos, emociones, sensaciones, percepciones, etc., conforme éstos aparecen momento a momento en el campo de consciencia.
La imaginación guiada involucra la generación (ya sea por uno mismo o guiado por un terapeuta), de diferentes imágenes mentales. Usando las capacidades de visualización e imaginación, los individuos evocan imágenes, usualmente tanto sensoriales como afectivas. Dichas imágenes son típicamente visualizadas con el propósito de evocar un estado psicofisiológico de relajación o con algún resultado específico en mente, por ejemplo: visualizar el propio sistema inmune atacando células cancerígenas, imaginándose a uno mismo sintiéndose saludable y bien, explorando temas subconscientes, etc.
Combina el movimiento físico, el control de la respiración y la meditación. Hay diferentes tipos de yoga. Muchos son los estudios realizados con este tipo de terapia con resultados similares a los de la meditación.
Entre las múltiples opciones de terapias mente-cuerpo, puedes encontrar aquí la que necesitas, ya sea la que más te guste o la que más se acomode a lo que estás buscando. Te invitamos a conocerlas a fondo para que sepas cómo funcionan, cuánto cuestan y cómo realizarlas.