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¿Sabías que la higiene mental reside en la mente humana? Forma parte del enigma maravilloso en el cual almacenamos todo tipos de recuerdos y con la cual controlamos varias actitudes del día a día. Tu cerebro tiene un registro completo de todo lo que vives y eres; de igual manera sucede con todas tus vivencias, tanto buenas como malas. Por esta razón es tan increíble como difícil su análisis y su cuidado; debes tener mucha precaución con lo que piensas, ya que lo que piensas puede reflejarse en tus acciones del día a día.
Si cuidas lo que piensas, cuidarás por ende tus acciones, por ello es necesario una clase de higiene. Este término puede traducirse en cuidar lo que tienes en mente para que con ello puedas tener una mejor vida.
La higiene mental hoy en día es un concepto que se usa mucho, aunque es difícil de entender. Aquí en Sanaterapia te presentamos todo acerca de este concepto, paso a paso, para que puedas llevarlo a cabo en ti mismo y hacia los demás.
La higiene mental son hábitos y estrategias que sirven para mantener nuestra mente en armonía para estar en bienestar con todos. Lo que te permitirá causar un impacto positivo en tus personas más allegadas, así como abrir tu persona y hacer nuevas amistades.
Podemos decir que tenemos higiene mental, cuando nuestros pensamientos concuerdan con nuestras acciones. Para ello se necesita trabajo y hábitos saludables.
La higiene mental se relaciona con otros conceptos como la autoestima y la inteligencia emocional. Todas estas palabras hablan acerca de evitar que reprimas tus emociones, para aprender a controlarlas e incluso comprenderlas; todo con la premisa de que no es malo sentir enojo sino no saber controlarlo y canalizarlo, así como hablar sobre tus sentimientos.
El psiquiatra Clifford Beers, fundó en 1909 la Sociedad de Connecticut para la Higiene Mental, donde se reunió con varios psiquiatras de la época. Entre sus pláticas definió el concepto con el objetivo de prevenir enfermedades mentales y los prejuicios en contra de ellas, todo con acciones positivas.
El ser humano tiene tres esferas que rigen su vida: el ámbito biológico, el social y el psicológico. Por ende, si una de ellas falla, estamos enfermos. Esto quiere decir que no sirve de nada tener el cuerpo sano si le mente no lo está; incluso apostaríamos que es imposible tener el cuerpo sano con una mente enferma.
Si llevas una buena relación contigo mismo puedes llevarla con los demás. De lo contrario, lo proyectas de una manera inconsciente y puedes llevar todas tus relaciones a la basura.
Al hablar de higiene mental muchas personas pueden tacharte de enfermo, sin embargo, debemos quitar este estigma, cuidar nuestro cuerpo así como nuestra mente.
La OMS no define higiene mental como tal, sin embargo, ya llegó al consenso de Salud Mental, la cual no dista mucho de este concepto. La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar.
Entonces tenemos que decir que para la OMS, Salud Mental es lo mismo que Higiene Mental, esto por las diversas traducciones existentes.
En ocasiones creemos que la enfermedad mental es una situación completamente grave, como escuchar voces que no existen. Sin embargo hay enfermedades tan silenciosas como la distimia; esta es una forma de depresión leve, la cual tiene los mismos síntomas como falta de ánimo y desorden de horarios de sueño, pero en menor medida.
Entonces, la higiene mental es nuestra forma de sobrellevar y alcanzar una paz interior que se traduce a una salud mental.
La Higiene Mental tiene ciertos aspectos a cubrir para que sea efectiva:
Lo que esperas de ti mismo puede causar un dolor profundo, ya que tener tus expectativas demasiado alejadas de donde estás puede causar decepción. Esto quiere decir que tienes que aprender muchas cosas antes para llevar a cabo tus objetivos, ve paso a paso. Puedes lograr lo que tu quieras, sin embargo debes aprender a caminar antes de correr.
Cuida con quién te relacionas, ya que a veces hacemos mucho más de lo que debemos, para mantener personas a nuestro lado. Por eso debes analizar qué personas no deben estar en tu vida y dejarlas ir.
Analiza tus necesidades básicas, lo que realmente necesitas en tu vida como meditar 10 minutos o hasta un día de descanso efectivo. Cuida bien lo que necesitas y desecha aquellas cosas innecesarias como el alcohol, el cigarrillo o las drogas o cualquier vicio que no te permita sentirte pleno y estable.
Practica la resiliencia, esto es la capacidad de afrontar las situaciones de crisis que arriesgan nuestra felicidad. Debes distanciarte de las situaciones que afectan tu tranquilidad o puedes simplemente dejar ir lo malo, aprender a ver el lado positivo.
Marca tus objetivos de una forma concreta sin dejar vacíos y que signifiquen para ti lo suficiente para luchar por ellos día a día. El pensar en un propósito concreto ayuda a evitar divagaciones y ejercita tu creatividad.
Debes descansar plenamente, cuando sea momento de descanso, olvídate del trabajo y tus ocupaciones para liberar tus pensamientos disminuyendo tu ansiedad. Todo tiene solución, si piensas mucho en lo que tienes que hacer fomentarás la procrastinación; esto significa dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, generando ansiedad.