¿Has escuchado sobre la rizartrosis? ¿Sabes lo que es? Si la respuesta es no, no te preocupes. Aquí te explicamos todo sobre esta enfermedad y cuáles son las formas más efectivas para tratarla.
La rizartrosis, también conocida como osteoartritis trapeciometacarpiana, es un tipo de artritis que afecta principalmente al pulgar o, más precisamente, a la articulación trapeciometacarpiana de la mano. Esta enfermedad degenerativa implica una inflamación crónica y es causada por el envejecimiento y por el desgaste del cartílago entre el primer hueso metacarpiano y el trapecio. Esta condición afecta principalmente a las mujeres.
Como ocurre con prácticamente todas las afecciones de la muñeca y la mano, el síntoma principal es el dolor, generalmente provocado por la actividad mecánica y que se alivia con el reposo. Algunos de los síntomas más específicos de la rizartrosis incluyen:
La principal causa asociada a esta enfermedad es el envejecimiento y desgaste de la articulación. Sin embargo, también puede ser debido a realizar actividades de manera contínua que favorezcan el daño del cartílago y la articulación trapeciometacarpiana.
Lo que la mayoría de pacientes con esta enfermedad buscan evitar, es tener que someterse a una cirugía para poder eliminar el dolor, así que aquí te explicamos qué terapias alternativas son las mejores para lidiar con el dolor y, en algunos casos, controlarlo por completo.
Cuando se trabaja con pacientes que sufren cualquier tipo de artritis, el aceite de pescado es probablemente el suplemento mencionado con más frecuencia. Este alimento contiene altas cantidades de ácidos grasos esenciales de tipo omega-3 que son conocidos por tener propiedades antiinflamatorias. El consumo regular de estos ácidos grasos esenciales permite que el tejido que rodea la articulación disminuya su tamaño, lo que trae como consecuencia que el dolor sea menor.
La naturopatía ofrece diferentes dietas que se adecuan a cada paciente de forma personalizada. La composición de la dieta de un individuo puede ser un aspecto importante de la promoción de la salud, por lo que las elecciones dietéticas del paciente están relacionadas con la disminución de los síntomas que presenta. Para las personas que sufren de rizartrosis, es importante tener una dieta bien equilibrada, llena de alimentos ricos en nutrientes y limitada en aditivos y alimentos procesados.
La acupuntura es un tipo de medicina tradicional china en la cual se utilizan agujas finas en puntos de presión en varias partes del cuerpo para reducir la inflamación, relajar el cuerpo y aumentar el flujo sanguíneo. Este tratamiento también permite la liberación de endorfinas, que son las hormonas naturales que reducen la sensación de dolor.
Dado que la osteoartritis trapeciometacarpiana causa inflamación en la articulación del pulgar, y dado que la inflamación de las articulaciones puede provocar dolor, las personas con esta afección pueden querer probar la acupuntura para encontrar alivio.
La terapia con imanes, como lo son la terapia magnética y el biomagnetismo, son una buena opción para las personas que sufren rizartrosis. Los imanes pueden ayudar a revertir la inflamación de los músculos, tendones, huesos y ligamentos, y, al hacerlo, ayudar a aliviar el dolor y la hinchazón.
Los tratamientos de hidroterapia son una opción popular entre los pacientes que sufren de artritis y artrosis, ya que la flotabilidad del agua y la falta de gravedad en esta ayudan a que los movimientos de las articulaciones sean más delicados y, por ende, ayuden a fortalecer los músculos sin causar dolor y sin sobre exigirles.
La fisioterapia es muy importante si la rizartrosis se diagnostica en una etapa inicial, ya que aprender a mover la articulación sin dañarla y sin forzarla de más es un aspecto vital para prevenir que se siga desgastando. Los ejercicios que brinda este tratamiento y las diferentes técnicas que utiliza, pueden ayudar al paciente a retrasar el avance de la enfermedad y a disminuir los síntomas que ésta provoca.
La terapia de aguas termales permite que el paciente pueda moverse sin que los músculos y las articulaciones trabajen en exceso, además, las propiedades minerales en conjunto con la temperatura elevada del agua son beneficiosa para los pacientes que sufren de rizartrosis, pues el cuerpo absorbe los minerales y el calor ayuda a la desinflamación y reducción del dolor articular.
Como regla general, la rizartrosis se trata inicialmente de forma conservadora. La cirugía suele ser innecesaria en las primeras etapas. Para evitar una progresión de la pérdida de cartílago, la prevención y el tratamiento de la afección significan en gran medida lo mismo. La prevención es clave cuando se trata de esta condición.
Es importante que los elementos de la articulación se coloquen de la manera más óptima posible entre sí, especialmente mientras se esfuerza la articulación. De esa manera, la presión en la articulación se distribuye uniformemente. Debe evitarse un esfuerzo excesivo e inadecuado en la vida diaria.
La cirugía para tratar la rizartrosis se considera necesaria si el tratamiento médico realizado durante 6 meses a un año no tiene éxito.
La cirugía más simple es una de manejo del dolor, llamada denervación de la articulación trapecio-metacarpiana. Esta cirugía se considera para pacientes jóvenes, ya que evita el contacto con la articulación. Implica la sección de las fibras nerviosas que envían señales de dolor desde la articulación al cerebro. La tasa de éxito es solo del 80%.
La cirugía más compleja, con una tasa de éxito más alta, implica la eliminación y reemplazo de superficies articulares dolorosas. Este tipo de cirugía requiere una hospitalización de 24 horas y anestesia del miembro superior. Dependiendo del tamaño de la artritis, la gravedad de la luxación, la edad y la actividad profesional, la articulación puede ser reemplazada por un tendón, que actúa como amortiguador biológico.
La rizartrosis puede aparecer a cualquier edad sin importar el estilo de vida que tenga la persona o los hábitos deportivos que tenga, por lo que es importante conocer todos los tipos de tratamientos alternativos, antes de someterse a una cirugía que puede no ser necesaria.
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