Las terapias herbales son otra alternativa dentro de la medicina tradicional. En un intento por rescatar antiguas recetas y terapias para aliviar o curar con éxito dolencias y enfermedades, las personas buscan constantemente información sobre remedios caseros y tratamientos naturales.
Hoy en día se requiere que la medicina alopática o moderna busque aplicar una visión más amplia e integral de la salud y el bienestar de las personas. Por esta razón, se pueden aplicar de la mano con la medicina natural para el control y restitución de la salud del paciente.
Desde la década de los años 80, la medicina natural, conocida también como alternativa o complementaria, ha tomado fuerza y se basa en modalidades terapéuticas no incluidas dentro de la medicina tradicional como: homeopatía, ozonoterapia, acupuntura, medicina tradicional china, terapia herbal o botánica, entre otros.
Originalmente, en Europa, la medicina herbal principalmente era un arte femenino. La imagen clásica de brujas que hervían hierbas en una caldera proviene en gran medida de este período. Sin embargo, aproximadamente a principios del siglo XIII, los egresados de las escuelas médicas eran únicamente hombres y los miembros de los gremios de cirujanos-barberos comenzaron a desplazar a las herbolarias femeninas tradicionales de los pueblos. Finalmente, gran cantidad de la tradición popular original se perdió.
En la actualidad se conocen más de 3 mil plantas medicinales, aunque el número en la naturaleza seguramente es mayor. Lo cierto es que son infinitas las posibilidades para utilizar las plantas con fines terapéuticos físicos, así como emocionales y energéticos, al aplicar la medicina herbal o también llamada fitomedicina.
El uso de las plantas medicinales no se puede separar de la medicina tradicional, porque los medicamentos más eficaces contienen con frecuencia sustancias activas de origen vegetal. Antiguamente la medicina aplicada a través de las plantas era la única que se conocía; esa experiencia y conocimientos han pasado de generación en generación. La mayor parte de la población sabía cómo usar las plantas medicinales que cultivaban en sus casas para tratar las enfermedades.
No hay duda de que las hierbas pueden ser tratamientos eficaces en principio. Muchas de las hierbas medicinales actuales se han estudiado en ensayos clínicos controlados por placebos significativos, los cuales proporcionan una base racional para creer que son eficaces.
Algunas de las que tienen mejor sustento incluyen ginkgo para la enfermedad de Alzheimer, hierba de San Juan para la depresión leve a moderada, y serenoa para la hipertrofia prostática benigna.
Quienes hacen uso de la medicina natural aseguran que no ataca únicamente la sintomatología, sino que estos fármacos llegan al verdadero origen de la enfermedad o dolencia.
Este tipo de medicina busca tratar el origen de los problemas en la persona en su plano mental y emocional, no exclusivamente los síntomas de la dolencia en sí misma, que prácticamente es el resultado físico.
Muchos productos medicinales tradicionales o alternativos son de venta libre. En una encuesta realizada por la OMS en 142 países, 99 de ellos respondieron que la mayoría de esos productos podía adquirirse sin prescripción. En 39 países, muchos remedios tradicionales se utilizan para la automedicación y son comprados o preparados por amigos o conocidos, o por el propio paciente.
Aunque las plantas medicinales pueden curar, evitar y aliviar enfermedades, no son remedios milagrosos, que es la creencia de un gran número de personas que apuestan por esta vía terapéutica. Su empleo es oportuno solamente cuando se tiene conocimiento con exactitud del origen del problema, sus posibilidades y los límites de uso.
Es importante que si se decide comenzar esta vía médica, se consulte a expertos en función de cada caso y el modo de preparación de los medicamentos naturales para su ingestión, tomando en cuenta que podrían ser mecanismos terapéuticos complementarios a la medicina tradicional. Tampoco es recomendable sustituir u obviar la medicina tradicional y científica.
Aceites esenciales: Son concentrados que se extraen directamente de árboles y plantas aromáticas. Al obtenerse de forma tan directa, se les considera aceites puros y contienen un sinfín de propiedades, que pueden ayudar positivamente a la mente y al cuerpo.
Fitoterapia: Es la ciencia que estudia el uso de las plantas medicinales y sus derivados con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, para aliviar o para curar enfermedades. El uso de las plantas medicinales con fines curativos es una práctica que se ha utilizado desde tiempo inmemorial.
Flores de Bach: Son una serie de esencias naturales utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión y obsesiones.
Herbolaria: Es el estudio de las propiedades y su uso en la farmacéutica. Por lo tanto, las plantas medicinales se emplean y conocen desde hace siglos para curar malestares. Actualmente los extractos de éstas forman parte de muchos medicamentos en el mercado. Aún así, aunque ya repares en su uso no debes automedicarte, lo mejor será que consultes con un experto. Actualmente, las plantas medicinales se han popularizado para volver a lo natural y así evitar químicos en el cuerpo. En realidad, algunas ya las conoces y otras incluso son parte de tu cocina.
Naturismo: Se cataloga como una forma de vida, en donde las leyes se basan en vivir de la mano con la naturaleza, no quiere decir que para ser naturista debas vivir en un bosque o algo parecido, simplemente se trata de utilizar productos en todo aspecto de la vida que sean 100% de la naturaleza.
Existe la creencia común de que las hierbas por naturaleza son más seguras y más bondadosas que los medicamentos. Sin embargo, no existe una justificación racional para esta creencia; una hierba simplemente es una planta que contiene una o más drogas y es tan propensa a presentar efectos secundarios como cualquier medicamento, especialmente cuando se administra en dosis suficientemente altas para causar beneficios significativos.
No obstante, la mayoría de las hierbas medicinales, al menos las más populares, son bastante seguras. La preocupación más importante en la práctica tiende a involucrar interacciones con medicamentos. Lo anterior refleja la importancia que revisten las plantas medicinales en las terapias herbales y el cómo se utilizan. Es importante que asistas con un especialista para que tengas un diagnóstico más certero, acerca de cuál planta podrías probar.
Te invitamos a conocer a fondo estas terapias para que descubras cuál es la que necesitas, de acuerdo a los beneficios que estés buscando obtener.