En las poblaciones tradicionales, la medicina forma parte integral de la cultura, ya que es global e intuitiva. El estudio de la medicina tradicional se denomina Etnomedicina, la cual es considerada como la rama médica de la antropología.
Centra sus esfuerzos en preservar y difundir el conocimiento de aquellos pueblos que transmiten su saber de manera oral. Se trata de identificar el remedio, así como aprender y registrar los modos tradicionales de preparación.
La etnomedicina considera al hombre en su totalidad en un contexto ecológico, es decir, demuestra que el mal estado de la salud o la enfermedad no sólo se deben a acciones de agentes patógenos, sino también a una inadaptación al ecosistema. También establece la noción primordial de un equilibrio entre el hombre y su entorno. Según esta ciencia los seres humanos y la naturaleza están íntimamente unidos.
Nos habla también de la integración compleja de conocimientos tanto biológicos como espirituales. Los insumos básicos son las plantas y partes de animales. Las oraciones, el discurso mítico ritual, la actitud ante la vida y la naturaleza, son elementos que complementan la etnomedicina.
Por lo tanto, la etnomedicina es un complejo sistema de conocimientos basado en la observación y experimentación de sustancias vegetales y animales, existentes en territorios de la región, los cuales se aprovechan para curar y prevenir distintas enfermedades.
Debido a la naturaleza de la etnomedicina, se pueden distinguir tres niveles que a continuación se describen:
Responde a principios de efectividad empírica. La etnomedicina de muchos pueblos, pese a estar llena de creencias religiosas, mágicas o supersticiosas, dispone en ocasiones de un sólido trasfondo racional y científico, como la Medicina china tradicional, la Ayurveda o las plantas medicinales. Este trasfondo está basado principalmente en observaciones, descripciones, experimentaciones e intervenciones adecuadas para las distintas enfermedades.
Las escuelas médicas tradicionales son muy organizadas y efectivas, con unos conocimientos de farmacopea y técnicas de intervención física y quirúrgica muy desarrolladas.
Charles H. Hugues, en 1968, ya afirmaba que casi la mitad de la farmacopea de las sociedades primitivas tiene efectos terapéuticos reales, sobre las enfermedades a las que se aplican. Además es bien sabido que pueblos de la antigüedad, que alcanzaron un elevado nivel de civilización, como los egipcios y los griegos, llegaron a desarrollar sistemas médicos de carácter empírico – mágico – religioso – supersticioso.
Se rige por principios mágico-religiosos. Los rituales que acompañan las intervenciones etnomédicas, se basan en la sugestión como el Chamanismo, especialmente a través de la ingestión de placebos, hipnosis y otras técnicas psicosomáticas. En otros también hacen utilización de oraciones, lo que se llama “curación por la palabra”; gesticulación ritual o mímica, coreografía o música.
Todas las religiones engloban conocimientos y prácticas relativas a la curación de las enfermedades. Quienes son capaces de realizarlas a través de milagros o de poderes mágicos, son dioses personificados, santos mediadores, sacerdotes, personas justas o chamanes y curanderos.
En muchas ocasiones, las creencias de tipo religioso cristiano se mezclan o contaminan con otras de carácter evidentemente mágico-pagano; por ejemplo, las creencias y la curación del mal de ojo, que se suele relacionar con fenómenos de brujería o de hechicería.
La etnomedicina busca restituir la relación entre el conocimiento popular y el científico de la enfermedad y la salud, convirtiéndose, así, en un puente entre la biología y la cultura. Además forma parte importante de algunas sociedades en países en vías de desarrollo, pues se encuentra casi al mismo nivel que la medicina moderna, en cuanto a preferencias.
Este último aspecto se debe a la gran efectividad que tiene la medicina alternativa para curar algunas enfermedades, sin la necesidad de intervenciones como medicamentos o cirugías.
En los últimos 70 años ha surgido un mayor interés en el recurso natural y se ha incrementado su utilización. Con base a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe lo siguiente en relación al uso y aplicación de la etnomedicina:
Como es evidente, la etnomedicina está siendo muy aceptada de manera que hasta la OMS hace sus declaraciones a favor de este tipo de medicina, pero es tan grande su aceptación, que a tal punto que ha surgido a través de la biotecnología, la biopiratería que se ha vuelto un problema muy grande.
El término de biopiratería fue ideado en 1993 por Pat Mooney, quien refiere que “[…] la utilización de los sistemas de propiedad intelectual para legitimar la propiedad y el control exclusivos de conocimientos y recursos biológicos sin reconocimiento, recompensa o protección de las contribuciones de las comunidades indígenas y campesinas, por lo que la bioprospección no se puede ver más que como biopiratería”.
Actualmente en México se reportan 165 especies de plantas medicinales para tratar padecimientos del aparato digestivo (cólicos y dolores de estómago, vómito); enfermedades del aparato respiratorio (tos, gripe, catarro); padecimientos del aparato urinario (dolores de riñones, vesícula); enfermedades de la nutrición y sistema endócrino (diabetes, cáncer); daños y lesiones debidos a accidentes (heridas, piquetes de víbora y golpes); síndrome de filiación cultural (espanto, susto, sorpresa, bujería, mal de ojo).
Lo anterior refleja la importancia que revisten a las comunidades, dado el número de plantas medicinales que las personas utilizan, en comunidades del centro de México.
Es importante que asistas con un especialista para que tengas un diagnóstico más certero, acerca de cuál planta o ritual podrías probar.
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