Yoga Sutra

Yoga Sutra

Los Yoga-sutra, que en sánscrito significa “aforismos del yoga“, son los antiguos textos fundacionales del yoga, escritos por el sabio Patanjali, en el siglo III a. C. Aunque se trata de un texto corto, los Yoga-sutra han tenido una enorme influencia en las creencias y prácticas del yoga.

¿Qué son los Yoga-sutra de Patanjali?

El Yoga Sutra de Patanjali es un texto tradicional de yoga compilado hace dos milenios. Se considera la guía de yoga más importante para una vida en libertad. El camino de ocho extremidades que Patanjali muestra en estas escrituras es antiguo, pero aún sigue siendo una de las herramientas más valiosas para satisfacer las necesidades más profundas del ser.

Las personas siempre hemos sentido la necesidad de evitar el sufrimiento y vivir en paz. El hecho de que regularmente nos opongamos a nuestra propia manera de vivir y nos convirtamos en nuestro mayor enemigo a través de prácticas erradas, es precisamente lo que se ha considerado en las escrituras de Yoga Sutra

En los Yoga Sutras, Patanjali se enfoca en la mente tal como es y nos enseña cómo podemos influenciarla. El yoga en este texto se describe como una técnica para alinear nuestra mente sin distracciones, con una visión muy moderna.

Los cuatro capítulos del Yoga Sutra de Patanjali

En los escritos de los Yoga Sutra, Patanjali nos aporta la esencia del yoga, a través de cuatro capítulos que conforman 196 sutras. En estos textos nos explica el profundo significado de los diferentes tipos de sufrimiento humano, así como el detalle y la manera científica que tenemos de liberarnos de éste y alcanzar la felicidad interna

Samadhi Pada

Este capítulo contiene 51 sutras, en los cuales Patanjali nos inculca que el yoga es el conocimiento que tenemos cuando nuestra mente descansa quieta y equilibrada. También nos enseña que nuestra mente puede adquirir diferentes cualidades que influyen directamente en las consecuencias de las cosas que hacemos. Patanjali reseña en este capítulo de Yoga Sutra, que los seres humanos podemos influir en la forma en que funciona nuestra mente y dar consejos muy concretos. Este primer capítulo también describe los obstáculos que experimentamos y cómo podemos desarrollar la claridad.

Sadhana Pada – camino

En este capítulo conformado por 55 sutras, Patanjali describe el yoga como un ejercicio que tiene en cuenta los diferentes niveles de la vida humana. Aprendemos a conocer los tres principios básicos que necesitamos: tapas, svadhyaya e ishvarapranidhana (disciplina, autorreflexión y devoción). En este capítulo también se identifican cinco causas que son responsables de nuestro sufrimiento; más notablemente, “avidya”, el falso conocimiento o para decirlo sin rodeos, ignorancia o prejuicio. Aquí también se introducen los primeros cinco “miembros” del famoso camino de los ocho pasos o ramas que conducen al Samadhi.

Vibhooti Pada: resultados a través de la práctica

Este capítulo contiene un total de 56 sutras. En él, Patanjali nos explica los últimos tres miembros de Ashtanga Yoga, el camino de ocho ramas, comenzando con la meditación. Luego nos enseña las habilidades y posibilidades que podemos adquirir si logramos que nuestra mente esté clara y tranquila.

Kaivalyapada: la libertad como destino

¿Qué significa realmente tener una mente perfectamente clara? Patanjali vuelve a aclarar en este capítulo de 34 sutras, cómo percibiríamos exactamente este estado de libertad perfecta. Nos hace entender que sí es posible dominar la mente, desarrollar una percepción clara y liberarse de todo apego.

Yoga Sutra

Las ocho ramas del yoga según los Yoga Sutra

De acuerdo a los Yoga Sutra de Patanjali, el camino de las ocho ramas del yoga, o Ashtanga Yoga, representa diferentes aspectos de esta disciplina, que nos describen una forma bastante segura de avanzar a lo largo de este camino; incluso se pueden poner en práctica de forma paralela.

Ashtanga significa en sánscrito “que consta de 8 partes”, “8 miembros” u “8 etapas”. A diferencia del hábito que existe hoy en el mundo occidental para hacer un estilo de Yoga dinámico, ashtanga es en realidad el camino descrito en los Yoga Sutra por el rishi (sabio) Patanjali. Este camino se puede aplicar a la práctica de cualquier estilo de yoga, tales como: hatha, vinyasa, Iyengar, kundalini, akhanda y kriya.

Antes de observar en qué consisten cada una de estas ocho ramas, debemos tener en cuenta que, como en todo proceso de perfección, estos pasos no siguen un camino lineal. De acuerdo con el principio de la lógica, los ocho pasos y sus subetapas deben trabajarse en espiral.

Podemos comparar las siete primeras etapas de Ashtanga con los siete chakras existentes. Del mismo modo, nuestra forma de trabajar con los chakras en espiral, profundiza cada etapa de Ashtanga.

  • Yama: conjunto de principios éticos.
  • Niyama: conjunto de reglas personales de la vida.
  • Asanas: las posturas que hacemos en las clases de yoga.
  • Pranayama: ciencia de la respiración.
  • Pratyahara: retiro de los sentidos.
  • Dharana: atención.
  • Dyana: meditación.
  • Samadhi: estado de unidad, bienestar absoluto.

Yamas

Las dos primeras ramas se refieren a nuestros valores y nuestro estilo de vida. Son las que representan los principios éticos que nos permiten vivir en paz con nosotros mismos, nuestra familia y todo lo que nos rodea. Los Yamas son cinco y nos guían sobre cómo usar nuestra energía en relación con los demás.

Ahimsa: no violencia

La no violencia es aceptación, tolerancia y amor. Patanjali dice que junto al contacto con un verdadero yogui, una persona común y corriente automáticamente abandonará todas sus tendencias violentas, ya sean físicas o psicológicas. La no violencia se entiende en este contexto también como el desarrollo de la conciencia ética y el rechazo de los productos de consumo de violencia, tales como carne, pollo y pescado.

Satya: decir la verdad

Además de no mentir, la verdad en el sentido profundo también está compuesta de honestidad, falta de juicio, y ser verdadero y justo con uno mismo. Podemos engañar al mundo exterior, pero es mucho más difícil ser honesto ante el juez interno. Ésa es la verdad.

Asteya: no robar

El aspecto sutil de no robar es controlar el robo mental, es decir, la avaricia y los celos.

Bramacharya: controlar el impulso sexual

Durante las relaciones sexuales, la energía deja el cuerpo físico y sutil que abandona el primer chakra. Tal pérdida y  descenso de energía hace que la persona regrese a sus apegos materiales y egoístas.

Aparigraha: no acumular

Este Yama es el control de la envidia y el acaparamiento. El significado de esto es no acumular lo que realmente no se necesita, porque esto crea vínculos indeseables, lo que obstaculiza el desarrollo armonioso del ser humano.

Niyamas

Los Niyamas también son cinco y conforman un código de conducta para acercarnos a quienes realmente somos.

Saucha: pureza

Sólo respetando la limpieza física uno puede ir hacia la limpieza de la Consciencia. Es necesario purificar el cuerpo de toxinas, enfermedades, rechazar alimentos artificiales, como comida chatarra; e intoxicaciones como drogas, alcohol, café, incluso té y chocolate. La ropa debe permanecer limpia, deben usarse telas naturales y lavarse dos veces al día.

Santosha: satisfacción

La satisfacción se puede definir también como gratitud y apreciación de lo que uno adquiere.

Tapas: austeridad

El ayuno y todos los tipos de retención o ascetismo ayudan mucho a controlar los sentidos y la mente.

Swadhyaya: autoestudio y textos sagrados

Este paso habla de la necesidad de integrar en la práctica el estudio de los textos espirituales y la observación de las propias acciones para ver cuánto concuerdan. En la práctica, un diario espiritual puede ayudar a cumplir con este Niyama.

Ishvara pranidhana: devoción a lo Divino

Esto literalmente se traduce como “volver a lo Divino”. Sin esperar los frutos y los resultados de las propias acciones, cada persona tiene que confiar en la Voluntad Superior. También se trata de la devoción en la práctica diaria, específicamente para ofrecer los beneficios de las propias acciones al Maestro Divino o Espiritual.

Asanas, Pranayama y Pratyahara

Estas tres ramas son formas de trabajar en los aspectos externos de nuestra naturaleza, como lo son: el cuerpo, la respiración y los sentidos.

Asanas: práctica de posturas

Sólo cuando hemos comenzado a avanzar en los Yamas y Niyamas podemos acercarnos a la práctica de las asanas, debido a la energía extremadamente poderosa que genera la práctica de las posturas.

Si esta energía es dirigida por una mente inquieta, un ego desbordado y un cuerpo cargado de intoxicaciones y enfermedades, puede volverse en contra del practicante. Pero si se trabaja en la purificación de la mente y la higiene física y mental, la práctica de asanas solo acelerará el proceso hacia el objetivo final.

En su significado más profundo, el término “asana” significa la posición del cuerpo en la que sentimos que lo Divino está dentro de nosotros. La asana debe ser estable para que este sentimiento de la presencia divina no desaparezca. La práctica de posturas prepara el cuerpo y la mente para las etapas de pranayama y meditación.

Pranayama: trabaja con la respiración

La práctica de pranayama es la clave para el yoga que consiste en ejercicios de respiración. El propósito de esta práctica es desarrollar y regular la fuerza de la vida, o “Prana”. Esta rama le permite al yogui limpiarse del karma acumulado y lo ayuda a enfocarse, a encontrar calma y a aumentar sus energías; así como también, a desarrollar un sentimiento más sutil y enérgico para entrar en los estados meditativos más profundos.

La coordinación de movimientos y respiraciones en una clase dinámica de yoga es una forma de pranayama. También se puede poner en práctica una forma particular de respirar, llamada “Ujjayi”, para encontrar el objetivo deseado.

Pratyahara: el control de los sentidos

La energía acumulada por las prácticas anteriores permitirá que el yogui entre en un estado de relajación. Este yama viene a reforzar ese estado y permite al practicante enfocarse en el silencio interno, en lugar de prestar atención a lo externo. Durante su práctica, se debe relajar la mirada, los conductos auditivos y la mandíbula, etcétera, logrando dar el primer paso hacia la meditación.

Yoga Sutra

Dharana, Dyana y Samadhi

Las últimas tres ramas van juntas. De éstas se deriva la atención que lleva a la meditación y finalmente, a un sentido de unidad de lo absoluto. Lo que quiere decir que juntas forman un camino hacia el estado de Samadhi, a través de la concentración y la meditación.

Dharana: concentración

La concentración es fundamental para la meditación y comienza con la relajación de la conciencia. Se aplica en cualquier nivel, tanto para una persona que busca la llave correcta para abrir una puerta, como para un yogui que tiene un objetivo final de espiritualidad. El objeto de concentración puede ser la respiración, el mantra personal o una imagen de lo Divino.

Dhyana: meditación

Ésta no es la meditación o relajación que conocemos hoy en una práctica corriente de yoga, sino el cese de las actividades mentales. Los grandes yoguis pueden meditar durante años sin abandonar este estado. Ya no están perturbados por sus sentidos y meditan en el universo o en uno de sus aspectos.

Samadhi: despertar / autorrealización

El último paso es un estado espiritual de conciencia absoluta. Es el retorno del espíritu al silencio original, al estado de unidad. Lo que se conoce como el objetivo final del Yoga.

Leer y poner en práctica lo que Patanjali explica en los Yoga Sutra es fascinante, aunque también se trata de un aprendizaje difícil que lleva muchos años de constancia y dedicación, y que requiere de mucho coraje y determinación.

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