Cuando estamos tensos o cuando no podemos concentrarnos es debido a que muchos pensamientos pasan por la mente. Cuando la mente se calma, suelta toda la tensión y el estrés y se enfoca en el momento presente. El curso Samadhi aporta una profunda comprensión de éste y otros fenómenos de la mente, lo que permite la relajación al mismo tiempo que la concentración y un estado de alerta.
El Samadhi es un estado espiritual de conciencia. Hay dos tipos de Samadhi, pero entre ambos hay un gran abismo; si quieres conocerlos mejor te invitamos a seguir leyendo.
El Samadhi es el estado en que la concentración mental llega a un punto tan extremo, que la mente fija se unifica con el objeto en que se halla concentrada, cesando o suspendiéndose todas sus transformaciones, provocando que el asceta pierda la consciencia de toda individualidad, incluso la suya propia.
La práctica regular de esta técnica puede transformar totalmente la calidad de vida. Es la forma sutil de educar al cuerpo a mantener la calma, a recargar energía y a potencializar la claridad y el estado enfocado de la mente.
El Samadhi es un estado de conciencia de recogimiento interior, en el que se transcienden los límites de la existencia individual y se experimenta la unidad con lo divino. Esta definición implica un estado iluminado de conciencia. Desde la perspectiva que estamos contemplando, es un estado necesario, en el que la conciencia se unifica, el cuerpo se recoge y la mente sirve a este recogimiento en la unidad, solo existiendo para la contemplación directa unificada en el momento presente.
Esta técnica de meditación, combinada con prácticas de Yoga, puede asegurar el mantenimiento del bienestar físico, emocional y mental, permitiendo así mantener la calma y descansar en niveles profundos de relajación.
Los participantes reciben un mantra que permite profundizar más en la meditación. Cuando la mente y el sistema nervioso pueden descansar en profundo silencio, todas las tensiones y bloqueos internos se disuelven.
Cuando la mente está calmada, hay en nosotros un mayor potencial en el campo de la expresión. Nuestra facultad de observación y percepción aumentan y, como resultado, podemos comunicarnos y desenvolvernos en el día a día de manera efectiva.
El mantra se describe como Manana trayate iti mantra, ‛Iti mantra’ es aquello que te libera. El mantra ayuda a liberar a la mente de los pensamientos repetitivos que convergen en preocupación, ansiedad y miedo.
El Samadhi se agrupa en dos tipos: savikalpa samadhi y nirvikalpa samadhi.
En un savikalpa hay una integración profunda de realidad, pero no está la totalidad plena. Permite la integración en forma de estratos de realidad que pueden ser muy elevados e inimaginables y, aunque pueden dejar huella en el sentido de que es capaz de modificar, hasta cierto punto, la manera de entender la realidad por la limpieza psicológica o mental que puede generar, normalmente su incidencia en la percepción es relativa.
La experiencia con Nirvikalpa supone una vivencia tan intensamente acogedora, tan profundamente transformadora, que se forja una reestructuración de la mente del perceptor. El nivel de comprensión que se crea es de tal tenor que la mente llega incluso, por ejemplo, a dejar de temer; la tristeza se convierte en algo indetectable, la duda desaparece, e incluso el mismo dolor se vive de otra manera, pues el dolor “duele” pero no me duele a “mí”, con lo que pasa a ser experimentado desde una perspectiva en la que el mismo, jamás arrastra al perceptor.
El estado de Samadhi es la meta más elevada del verdadero yoga. Es un estado de supraconsciencia muy anhelado por quienes están en busca de una verdadera vida espiritual. Por ello es la meta final de un yogui, pero para llegar al Samadhi, se tienen que seguir ocho pasos.
Es el primero de los ocho pasos y tiene principios éticos y reglas para vivir en sociedad:
En el segundo paso se describen las disciplinas individuales y actitudes hacia uno mismo.
Asana significa pose o postura y forma parte de los ocho pasos del Yoga. Las asanas son posiciones específicas del cuerpo que limpian los canales de energía y equilibran el flujo de la misma en el organismo, generando estabilidad física, mental y emocional. Estas deben realizarse con plena conciencia y sin esfuerzo, buscando la calma y la comodidad y sosteniendo un ritmo respiratorio firme y constante.
Controlando el cuerpo, se controla la mente; las asanas son herramientas para acceder a estados más elevados de conciencia. Actúan de manera somato-psíquica: del cuerpo hacia la mente. Se logra la perfección en asana cuando cesa en esfuerzo y se obtiene la relajación manteniendo la estabilidad y la conciencia.
Se encuentra íntimamente relacionada con la respiración y es mucho más sutil que el aire o el oxígeno. Por lo tanto es el control, la armonización y la integración de la energía a través de la regulación de la respiración.
La respiración consta de cuatro partes:
Es el quinto paso y se concentra en retirar los sentidos, la mente y la conciencia del contacto con los objetos externos, para luego interiorizarse y dirigirlos hacia el alma.
Es la ciencia de restringir los sentidos privándolos de lo que les alimenta, el mundo objetivo externo. Se les libera al retirar el suministro de alimento en forma de deseos y su satisfacción.
Significa concentración. Su técnica principal es fijar la conciencia en un punto fijo, dirigir la mente hacia ese punto y mantenerla allí por un tiempo determinado, con una atención unidireccional, siendo el paso previo a la meditación. Mediante la concentración se controlan y enfocan las funciones de la mente.
Dhyana significa meditación y es el séptimo paso. Se basa principalmente en mantener firmemente la dharana, en el que esta última evoluciona convirtiéndose en dhyana. Es un estado contemplativo, en el cual la atención pasa de unidireccional a no direccional y el flujo de atención se vuelve regular y continuo.
Samadhi significa absorción total y es la etapa final de los ocho caminos contemplados en el Ashtanga yoga. Es “el estado de despertar”, el resultado de una práctica de yoga correcta, que ya ha recorrido los siete caminos precursores.
Llegar a estar en un estado constante de samadhi ciertamente es muy complejo, pero es el objetivo final. Como resultado, el meditador se vuelve completamente consciente de la interconexión de todos los seres vivos, puede observar todo con precisión sin pensar y puede estar en paz y feliz con todo lo que es, tal como es.
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