Existen varias personas que buscan en los profesionales de salud emocional y mental, orientación con respecto a los cambios en su vida, ansiedades y retos. Con las diferentes opciones en tipos de ayuda que se ofrecen, algunos encuentran difícil elegir. Una gran alternativa es el coaching, el cual brinda un tipo de ayuda diferente. Si no conoces muy bien qué es y cómo funciona, te recomendamos seguir leyendo este artículo que nuestros expertos han creado para ti, en donde te explicaremos todo al respecto.
El coaching es una técnica para que los individuos aprendan a funcionar en un nuevo entorno, mejorar sus competencias, desarrollar habilidades cognitivas, evolucionar a nivel de identidad y crecer. Por ende, es una herramienta innovadora.
Esta terapia emplea variadas herramientas con la finalidad de ayudar a las personas a sacar el máximo rendimiento de sus capacidades y habilidades. Durante el desarrollo, el coach, quien es el profesional encargado de impartir las sesiones y que puede ser un miembro de la propia organización o externo a ella, realiza sesiones enfocadas a cambiar, mejorar y desarrollar a las personas, equipos y organizaciones.
En las sesiones de coaching se aplican técnicas orientadas a alcanzar uno o varios objetivos, dependiendo del plan previamente establecido con el coach.
Los principales objetivos en el coaching son los siguientes:
El coaching ayuda al individuo en su fase de crecimiento y le orienta a utilizar la metodología para que lo pueda aplicar a todos los ámbitos de su vida. Una sesión normalmente es corta, con una duración máxima de una hora. La ventaja del coaching es que puede realizarse de manera presencial o en modalidad online. De esta manera puedes elegir al profesional que más se adapte a tus necesidades y preferencias.
Vivir un proceso de coaching no significa obtener cambios mágicos, pero lo que sí es seguro, es que contarás con apoyo para analizar tus fortalezas y debilidades, para conocerte mejor y trabajar en ellas; encontrar nuevas posibilidades de acción, aumentar tu responsabilidad y minimizar las trabas que te impiden lograr los resultados deseados.
Gracias a los resultados positivos que se obtienen por medio del coaching, se han establecido dos tipos a gran escala. Por ello, el coaching adapta sus técnicas, metodología o contenido, en función del área de trabajo.
Personal o de vida: Este es más personalizado y pretende mejorar las habilidades para el día a día. Estas sesiones están centradas en trabajar los proyectos de vida, la misión personal de cada individuo; objetivos y estrategias para el cambio, etc. Este tipo de coaching pretende el bienestar de la persona en los diferentes aspectos de la vida.
Empresarial: A diferencia del personal, este tipo va dirigido a empresas y a organizaciones en general, no sólo a ejecutivos. Las temáticas centrales de las sesiones de coaching empresarial están orientadas a aumentar la productividad, conseguir la satisfacción de los clientes, fomentar el trabajo en grupo y por tanto, a favorecer las relaciones entre los trabajadores.
Organizacional: Aquí se procede a encontrar diferentes áreas de oportunidad en grandes organizaciones y empresas.
Ontológico: Se basa más que nada en el lenguaje y en las emociones. Trabaja con las conversaciones y utiliza las preguntas y el movimiento corporal para favorecer el cambio. Es un proceso orientado a optimizar el lenguaje, los procesos y herramientas, que utilizan las personas.
Sistémico: Es de gran utilidad para analizar el impacto de las acciones del individuo en su entorno. El coaching sistémico no considera a la persona como un elemento aislado y trabaja en este sentido para comprender cómo influye su comportamiento.
Cognitivo: Tiene en cuenta el entrenamiento de las funciones cognitivas, funciones expresivas y receptivas, la memoria, pensamiento y aprendizaje. En definitiva, permite la transmisión de conocimientos durante el proceso de coaching.
Transformacional: En este tipo, el coachee descubre nuevas habilidades y capacidades para seguir emprendiendo y cumpliendo objetivos.
Coercitivo: Pretende, a través de técnicas de alto impacto, lograr un cambio profundo en la persona. Este tipo de coaching es objeto de críticas, sobre todo por los métodos de entrenamiento que utiliza, como andar sobre brasas.
En el coaching interactúan dos individuos; uno es el coach o entrenador, (persona capacitada para orientar al individuo hacia la mejora en el desempeño de sus funciones). El otro es el coachee o persona en entrenamiento, quien genera y descubre los conocimientos y las competencias que necesita para mejorar y alcanzar sus objetivos y metas.
Juntos, el coach y el coachee tienen que elaborar un plan de acción con base en lo que el individuo quiera mejorar, cambiar, potenciar o desarrollar. Una vez que el objetivo está claro para ambas partes, únicamente queda establecer un calendario y marcar los plazos.
Comenzarán las sesiones individuales o en grupo en las que el coach, a través de técnicas de motivación, preguntas y dinámicas de trabajo, ayudará al coachee a conseguir con determinación el objetivo deseado.
El coach se compromete con su coachee a lograr todas las metas y objetivos estipulados por medio del plan de acción. Este plan fijará una serie de encuentros entre las partes, que permitan conseguir la finalidad prevista, acompañado de otro conjunto de actividades destinadas a mejorar aspectos concretos de la persona en entrenamiento.
Para que el proceso sea bueno y se logren todas las metas planeadas, se requiere establecer una relación basada en confianza por ambas partes. De este modo, el coach puede ser no solo un director del entrenamiento de coachee, sino también un consultor que le ayude a innovar en los procedimientos.
Por lo tanto, para mejorar la productividad del proceso, el coach debe tener un conocimiento profundo del puesto de trabajo desarrollado por el coachee y de la forma en que este puesto se relaciona con los objetivos de la organización.
Asimismo, el coach ha de disponer de voluntad para comunicar; debe desear y ser capaz de compartir su información con el coachee y estar dispuesto a tomarse el tiempo que requiere este esfuerzo.
La observación de nuevos puntos de vista será fundamental, para que el entrenador encuentre soluciones y permita al individuo elegir entre las alternativas que dispone para alcanzar sus objetivos.
La observación permite la toma de conciencia, básicamente acerca de nuestro poder de elección. El entrenador centrará al pupilo en las elecciones que toma y sus consecuencias, brindándole herramientas específicas para elegir conscientemente y con mayor efectividad.
Es esencial para todo proceso de coaching, el contar con objetivos claramente definidos que servirán como guía para la toma de decisiones y acciones.
Una vez reunida toda la información, hay que actuar de forma sostenida en el tiempo. El entrenador acompañará de cerca este proceso ayudando a superar las dificultades que aparecen al llevar a la práctica las actuaciones.
En todo momento es imprescindible comprobar si nos acercamos o nos alejamos del objetivo marcado. Esto permitirá tomar acciones correctivas y así contribuir a la obtención de los logros buscados.
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