Es para: Personas que necesitan un balance en su vida, además de una buena alimentación, ya que combina alimentos para estar en armonía con el Universo.
La Dieta Macrobiótica es una terapia que usa los alimentos para equilibrar la energía del cuerpo por medio del Yin y el Yang. La Dieta Macrobiótica retoma los alimentos del Extremo Oriente, por esta razón se ocupan diversos alimentos asiáticos.
Este tipo de dieta une la alimentación con la espiritualidad, con el objetivo de lograr trascender lo que comemos a cómo nos sentimos.
¿Qué origen tiene la Dieta Macrobiótica?
Los escritos más antiguos datan de la Grecia Antigua, con el famoso médico Hipócrates.
El termino reapareció en 1796 con el doctor prusiano Christopher Willhelm, quien publicó su libro “Macrobiótica”. Él escribió que los alimentos naturales, en su mayoría vegetarianos, protegen los órganos de tu cuerpo y por lo tanto prolongan la vida.
Para finales del Siglo XX, Sagan Ishizuka, médico militar japonés de alto rango, notó la importancia de este tipo de dieta. El médico, letrado en medicina occidental, comprobó por experiencia propia en la guerra, que la alimentación era la base esencial.
Posteriormente George Oshawa, filósofo japonés de los años treinta, llevó a Europa esta idea de alimentación. Todo con el fin de establecer un equilibro entre el Yin y el Yang, que expresa entre cuerpo y espíritu.
Las enseñanzas de Ohsawa y otros, continúan brindando soporte a muchas personas. Muchos maestros han esparcido su conocimiento además de aportar con sus experiencias a esta terapia.
¿Cuáles son los beneficios y sus efectos?
Se equilibra la acidez de los jugos gástricos, desapareciendo el ardor en el abdomen o agruras.
Regula el tránsito intestinal porque la dieta tiene mucha fibra y ayuda evacuar consistentemente. Además ayuda a establecer un horario para ir al baño, combatiendo el estreñimiento.
Disminuye los niveles de glucosa en la sangre. Por esta razón es ideal para el tratamiento contra la diabetes.
Erradica el consumo de alimentos procesados, favoreciendo que se mantenga el peso ideal y saludable.
Los compuestos naturales de la comida ayudan a reducir el estrés y con ello se regularizan las hormonas del cuerpo, brindando tranquilidad.
Mejora la agilidad mental y la concentración, ya que la Dieta Macrobiótica tiene sustancias que ayudan al cerebro.
Los carbohidratos ingeridos en esta dieta son de cadena larga, es decir, extienden su función a lo largo del día. Por esta razón es ideal para cualquier persona que tiene una rutina agotadora o atletas de tiempo completo.
Al no consumir alimentos procesados y empaquetados, se ayuda también a la preservación del medio ambiente, pues disminuye la generación de basura.
Es un efectivo aliciente para alejarse de adicciones como el tabaco, el alcohol y el café, haciéndote sentir más pleno.
Inspira a seguir con otras terapias alternativas como la meditación, ya que el conocimiento de uno mismo es vital. Además de otras terapias alternativas como el yoga y la acupresión.
¿Cómo funciona la Dieta Macrobiótica?
El objetivo principal de la Dieta Macrobiótica es desenvolver la consciencia humana desde un fundamento biológico. En los alimentos está la clave para revitalizar todos los órganos por medio de la digestión y los nutrientes de la sangre.
Según la Dieta Macrobiótica, los alimentos se clasifican en dos categorías: los ying y los yang. Tiene que existir un equilibrio entre ambos grupos para lograr el bienestar físico y mental.
Los alimentos Yin son aquellos que se deben consumir, por ser naturales. Sin embargo, los alimentos Yang están prohibidos o se deben limitar al máximo: comidas saladas, las aves, carne roja, el café o el huevo.
Algunos de los principios de la Dieta Macrobiótica son realmente simples, sin embargo, hoy en día tienen que ver con la vida moderna. Evitar alimentos procesados y empaquetados en la mayor medida así como masticar correctamente los alimentos.
Los alimentos en esta dieta se componen de sustancias que son realmente buenas para la salud, y compaginan con la tendencia hacia veganismo. El veganismo es un movimiento que evita la comida proveniente de origen animal y se base en una dieta basada en plantas, consumiendo los vegetales y otros elementos que tienen elementos que ayudan y nutren al cuerpo.
Los frutos y vegetales contienen todos los grupos de elementos necesarios para la vida, aunque obviamente naturales. Las proteínas, los carbohidratos, así como las grasas en vegetales, no contienen químicos artificiales, por lo tanto tu cuerpo estará más sano.
La influencia de químicos inorgánicos en la comida con nombre de conservadores, pueden llegar a causar enfermedades como el cáncer. Por esta razón la Dieta Macrobiótica ayuda a prevenir muchas enfermedades , como la anteriormente mencionada.
Elementos de la Dieta Macrobiótica
Grupos de alimentos en la Dieta Macrobiótica
Agua. Debe consumirse bastante agua a sorbos, antes o después de las comidas, nunca durante. Es aún mejor cuando está tibia, como en tés, infusiones o sopas.
Cereales integrales. Tendrían que representar el 50%, aproximadamente, de los alimentos que se ingieren cada día.
Legumbres. Estos alimentos deberían ocupar el 15% del total de alimentos que se consuman diariamente.
Hortalizas y vegetales. Deberían formar parte, como mínimo, del 25% de la dieta diaria. Tienen que consumirse cocidos, jamás crudos o fritos.
Proteínas. Se podrían consumir, al menos, dos veces a la semana. Las proteínas deben proceder principalmente de pescados blancos o de aves como el pollo o el pavo. El resto de tipos de carnes y pescados quedan descartados.
Huevo. Esta dieta permite comer un huevo cada diez días.
Fruta. Debemos consumirla siempre cocida. En la medida de lo posible, se tendría que evitar la ingesta de fruta cruda.
Cereales
Los cereales integrales son la semilla de la planta intacta, los cuales son el alimento principal de la Dieta Macrobiótica. Tienen un alto valor nutritivo y completo ya que te aportan energía duradera y de muy buena calidad. A diferencia de la energía que te dan las azúcares refinadas, como en refrescos o bebidas energéticas.
Arroz integral: que es muy regulador a nivel general y depurativo.
El mijo: adecuado para una buena digestión.
La quinoa: muy proteica, ligera y refrescante.
El trigo Sarraceno: es calentador y rico en antioxidantes.
La avena: es calentadora y reguladora del tránsito intestinal, del colesterol y de la glucemia.
La cebada: muy depurativa del hígado, sin embargo contiene gluten por lo que se recomienda consumir con cuidado.
El centeno: gran depurativo y reforzador del sistema cardiovascular.
El trigo: es un cereal muy refrescante.
La cebada, el centeno y el trigo son cereales que contienen gluten por lo tanto tienes que advertir a tu terapeuta si tienes enfermedad celíaca.
Verduras
Las verduras se ordenan y clasifican según su naturaleza energética en tres grandes grupos:
Verduras de hoja o de tallo: Son las hojas verdes que crecen hacia afuera y ayudan a aportar frescura a la sangre. Estos alimentos influyen en la parte alta del cuerpo como los pulmones, el corazón y la garganta. Así mismo se pueden cocinar escaldas, salteadas en agua o aceite, además de al vapor o maceradas.
Apio, espinacas, grelos, hojas de nabo, rábano, lechugas de estación además de la cebolleta, son ejemplos.
Verduras que crecen encima de la tierra: son las verduras dulces y redondas que influyen en la zona central del cuerpo. Tienen el beneficio de aportar el equilibrio y la calma.
Ejemplo de estos vegetales son: la calabaza, la cebolla, la col, la coliflor y el brócoli.
Las verduras de raíz son las que crecen bajo la tierra y refuerzan la zona baja del cuerpo. Por lo tanto ayuda a nuestros intestinos que nos ayudan a aprovechar los nutrientes y tener mayor fuerza.
La zanahoria, la chirivía, la bardana, el rábano, la remolacha, además del jengibre, son claros ejemplos.
Los cinco sabores
El sabor dulce es el sabor básico y que debe dominar nuestra dieta. Te nutre además de dar centro y apaciguar la mente.
Aquí entran los cereales integrales pero bien masticados además de las verduras, las legumbres y la fruta.
El sabor salado es un sabor que activa y tonifica, que crea la acción, el calor así como el movimiento.
La sal marina, el gomasio y las algas, entran en esta categoría de sabor.
Los sabores ácidos activan la función de tu hígados así como el procesar las grasas, por eso tiene un ejemplo calmante.
Los cítricos, los pepinillos, así como los vinagres de manzana y arroz, son los más representativos de este sabor.
El sabor amargo nos ayuda a enfriar y activar la circulación.
Las hojas de achicoria, las semillas tostadas además de alga verdes, son ejemplos de este sabor.
El picante activa el funcionamiento intestinal además de tonificar las vías respiratorias, moviliza las flemas y elimina el calor del cuerpo.
El jengibre, las hojas de mostaza y hasta la cebolla cruda con los rabanitos, son los ideales para el sabor picante.
Tiempo y proceso de la Dieta Macrobiótica
La dieta está ordenada en 10 niveles que van del -3 al +7 que son los pasos a seguir para ir eliminando los grupos de alimentos.
En los cinco primeros niveles, se van eliminando alimentos de origen animal de forma progresiva, volviéndose cada vez más vegetariana. Las siguientes fases, del +3 al +7, son solo veganas, donde se incluyen los vegetales y cerales. En el nivel +7 se consumen exclusivamente granos de cereales triturados.
En la consulta Macrobiótica se te preguntan todo tipo de cosas desde alergias hasta tus problemas emocionales. La consulta puede durar de 45 a 60 minutos, durante los cuales se te enseña la filosofía de este tipo de dieta y se te dan consejos de alimentación.
Lo ideal es acudir con un profesional ya que el progreso de la Dieta Macrobiótica es importante.
¿Qué esperar después de una sesión de Dieta Macrobiótica?
Revitaliza todo tu cuerpo, además de tu espíritu, para que puedas estar en equilibrio contigo y el mundo. Sentirás una relajación absoluta ya que las verduras harán su acción. Liberarás tu cuerpo porque se depura sistema de todas las sustancias que el cuerpo no necesita.
Es normal que las evacuaciones sean más ordenadas, aunque con diferente coloración durante los primeros días. Coloraciones verdosas y hasta un poco negruzcas, sin embargo, esto debe durar alrededor de tres días; de lo contrario, lo ideal es que consultes a tu especialista.
Los efectos son graduales, por lo tanto los beneficios son poco a poco. Te aconsejamos no desesperar ya que este es un camino de plenitud y liberación.
¿Cuánto cuesta la Dieta Macrobiótica?
Consulta Desde
$500 mxn
Consulta Hasta
$700 mxn
Número de Consultas
2
Precio de Tratamiento
$100 mxn
Material: Alimentos
Medicamentos: No aplica
Toma en cuenta que: Las consultas de la Dieta Macrobiótica pueden ir disminuyendo al pasar del tiempo, conforme vayas progresando y adquiriendo más conocimientos, por eso lo ideal es tener 1 a 2 consultas al mes, para valorar cómo progresa tu conversión hacia los cereales. Sin embargo, tu consultor puede establecer cada cuánto necesitas ir a verlo, ya que cada cuerpo y mente son diferentes.
¿Qué certificaciones se requieren para ser un especialista en Dieta Macrobiótica?
Para ser un especialista en Dieta Macrobiótica es necesario tomar un curso ya sea en línea o presencial. Sin embargo tu terapeuta debe tener un documento que avale su conocimiento.
Hay diversos cursos que puedes encontrar como por ejemplo: